martes, 23 de junio de 2009

FERIA DE LAS HOGUERAS DE SAN JUAN 2.009 - 5º festejo de la feria de San Juan de Alicante

José María Jericó

FICHA TECNICA: Lunes, 22 de junio.
Tercera corrida de toros del abono sanjuanero. Dos tercios de plaza. Seis toros de Juan Pedro Domecq, terciados, carentes de trapio, fuerza y raza. Todos con nobleza, al cuarto de nombre “Comendador” fue indultado. Enrique Ponce, oreja tras aviso y dos orejas simbólicas después del indulto. José María Manzanares, palmas y dos orejas y Eugenio Pérez, vuelta tras aviso y silencio tras aviso, fue despedido con palmas. Destacaron en banderillas; Juan Oliver y Juan José Trujillo que se desmonteraron.


Por fin lo ha conseguido. El ganadero D. Juan Pedro Domecq consigue el fin que venia persiguiendo desde hace tiempo. En este día hemos enterrado toda una tradición de la lidia del toro con toda su plenitud y se inicia la nueva era del toreo con el toro robotizado, ese que no tiene que ir al caballo, puesto que el tercio de varas no es lo más importante. Lo importante es que el toro embista como un borriquillo siguiendo los vuelos de los engaños sin más. Eso es lo que se estaba buscando y al fin lo ha conseguido. Enhorabuena para el ganadero y en hora mala para los aficionados que van a ver reducida la corrida de toros a un sucedáneo, en el que si ya prácticamente desapareció el tercio de quites, ahora va a desaparecer el tercio de varas con lo que esto conlleva de enviar al paro a todos los hombres del castoreño que según la teoría de este ilustre ganadero no son necesarios, para que los queremos si al toro que nos viene no será necesario picar. Lamentable, muy lamentable. En la corrida de hoy de seis toros, seis entradas al caballo, tres puyazos, dos picotazos, un arañazo y un toro indultado por su nobleza.

Al toro que abrió plaza, como todos sus hermanos desrazado y justo de casta, Enrique Ponce le realizo una faena sobre la diestra con pasajes de interés. Con la izquierda solo tuvo algún destello. Corto una oreja después de una estocada caída. En el del indulto, Ponce demostró todo su saber, que no es poco, pues nadie le discute sus conocimientos y maestría. Le dio distancias y tiempos. No atosigo al toro para nada. En la primera tanda al natural comenzó la apoteosis, miradas al público y el toro repitiendo como una maquina, más miradas al público y se empiezan a ver algunos pañuelos solicitando el indulto, continúa toreando y provoca que la plaza se convierta en un clamor. El presidente da orden de matar, el torero se resiste y al final consigue que en el palco aparezca el pañuelo naranja.

José María Manzanares, en su primero, un jabonero que debió de ser de vuelto a los corrales dada su invalidez, poco pudo hacer. A su segundo no dejo que se lo picaran, tan solo un leve rasguño. Se lo dejo crudo y con él alcanzo momentos brillantes al pasarlo sobre la diestra, ceñido y con mando. La faena fue a más y saco varias series que calaron en el público por su poderío. Mato de una certera estocada hasta la bola y para el fueron las dos orejas que le abrieron la puerta grande.

Para el eldense Eugenio Pérez fue a parar el peor lote del encierro, esta era su primer festejo de la temporada, se mostró bullidor y variado con capote y muleta en su dos toros. Al terminar con el primero de su lote de estocada y dos descabellos dio una vuelta al ruedo tras petición y aviso. Con el segundo estuvo entregado y con ganas pero el toro se fue apagando y nada pudo hacer. El público lo despedía con una cariñosa ovación, mientras que Ponce y Manzanares salían en volandas por la puerta grande.

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